lunes, 17 de agosto de 2009

Does It Offend You, Yeah?


¿Cómo no lamentarse al principio de las cosas? Nacemos para morir. Desnudos y desvalidos, cometemos el error de aprender de nuestros errores. ¿Por qué hemos tenido que salir de tan tierna oscuridad? Nos han arrancado del cómodo y templado útero materno para obligarnos a existir en un mundo armado de reglas y jerarquías. Nos han recordado desde bien temprano que somos esclavos. Y que sólo tenemos una oportunidad. Lo hecho, hecho está. (Was getan ist, ist getan. Was jetzt ist, wird nie mehr so geschehen. Son unos versos del tema Kein Zurück, de Wolfsheim). Así que comenzar cualquier cosa es este acto de futilidad garabateada y prófuga. He comenzado un maldito blog. ¿Lo hubiera hecho Ignatius Reilly? Posiblemente sí. ¿Acaso no es un halago?

En fin, que odio comenzar algo porque nunca se hace bien. Se arranca de mala manera, a trompicones, gateando y tanteando el terreno mientras las dudas atenazan nuestros primeros movimientos. ¿Qué demonios es un blog? ¿Un diario de qué? ¿A quién le interesa?

Sin embargo, estoy comenzando uno sin tener ni puta idea. Cuando me he metido a hacerlo he pensado que hay unos cuantos discos que querría que escucharais, algún libro o tal vez un cómic que podríais leer... Se me ha pasado por la cabeza la estúpida idea de que tenía algo que decir. No sé, a lo mejor aún no me ha abandonado la inocencia del todo. El caso es esto. La literatura murió hace tiempo; las musas están de vacaciones sin retorno y los días (quien dice días, dice noches) pasan aburridamente, sin razón de ser, desembocados hacia esa grosera alegoría en forma de mar eterno a velocidad cada vez más vertiginosa y arrolladora. Me ofende la tierna desgana con que permitimos tantos crímenes interiores. Y sólo me consuela saber que no soy el único que permanece ofendido.

Does It Offend You, Yeah? es un grupo de a quién coño le importa dónde (aunque temo que sean británicos) que hace un electro-rock convincente y gamberro, con temas variados que oscilan entre el bass macarra que tanto gusta ahora y melodías pegadizas que incluso logran en ocasiones emocionar. Son frescos, novatos y caraduras. Por lo que he visto en su página de myspace pasan bastante de todo, no creen en el stablishment (o fingen no creer) y únicamente pretenden pasar un buen rato sin dejar de lado la sinceridad y cierta insana mala leche. Gustan de la temática zombie-skeletons-elvis-psycho y de las pintas grungie de porros hasta arriba. No sé por qué me caen bien, pero lo hacen. Y tienen un disco por ahí que desconozco ya cuántas veces he escuchado, lo cual, dicho por un fulano que tiene unos doscientos discos aún pendientes de escucha (y no miento, soy muy mal embustero) es todo un halago. Divierten y emocionan en algunos temas como Dawn of the Dead, por ejemplo. 

El disco que he mencionado se titula You Have No Idea What You're Getting Yourself Into... y se trata de un conjunto más que convincente de temas variados y desvergonzados, aderezados de sintes y sonidos electrónicos que se conjugan a la perfección con los elementos más propios de un rock gamberro y hedonista. Han sabido mezclar con acierto la novedad del sonido electro, plagado de basslines más que atractivos y cazurros, con la emoción de las melodías del pop-rock de toda la vida, sin dejar de lado ciertos amaneramientos del punk, lo que les otorga, indudablemente, el consabido halo de rebeldía y juventud malgastada. Ya digo que el disco me convence, y que son diez piezas sin desperdicio, breves y divertidas, aunque no exentas de una ironía, por mi parte, muy de agradecer. Lo curioso del caso es que los descubrí a través de la página web de NIN, recomendados por el mismísimo Trent Reznor. Qué cosas tiene la vida.

Vaya, al fin me acuerdo del motivo para haber empezado este blog. Escribo muy de vez en cuando en mentenebre (no dejéis de visitarla, la cosa se pone cada vez mejor), y es toda una liberación escribir sobre un disco o un grupo sin tener que preocuparse del número de caracteres (Ortega, te quiero). Aunque, ahora que miro lo que llevo escrito, me arrepiento cada vez más de lo que estoy diciendo.

Y, ya sabéis, si os gusta lo que oís, joder, comprad el disco, que al final nos vamos a arrepentir todos.

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